Esta tarde no resistí a enmarcar la fotografía de la niña de Tailandia que me recuerda a mi hermanita. ¿Por qué no lo hice con la foto suya? Debería ser un halago mayor decirle, decirte, Almita chula, niña de mis ojos, que no sólo las fotografías en las que aparece tu rostro me hacen pensar en tí y en Comitán.
Cuaderno de sentimientos diabólicos
varios, propios y ajenos,
en este constante pedalear por la vida...
21 oct 2010
Del otoño
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