Mira, codo a codo estoy a diario con gente que se jacta de su profesión: el oficio de las Matemáticas. No logro comprender aún por qué tanta pedantería y ego molestan, no sé si deberían molestarme. En fin, el caso es que la Matemática puede ser el ego de alguien, pero (me miro al espejo) afortunadamente no es el mío... o, al menos, no el más fuerte: la vida (la vida, con su connotación de lo universal y diversa que puede significar para tanta gente) es mucho, mucho más difícil... pero, sobre todo es difícil el buen manejo de las emociones, que todo lo permean. Uno debería 'teorizar' acerca de la inteligencia emocional, porque es con esa mano con la que uno toca (y siente) la vida. Uno debería ser (creo) al menos dos: uno que actúa y el psicólogo.

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