Cuaderno de sentimientos diabólicos
varios, propios y ajenos,
en este constante pedalear por la vida...



31 ene 2012

Las dos edades


La lluvia en un lugar seco como éste tiene que ser una bendición... y que sea de noche debe serlo aún más. Dormir arrullado por la lluvia es como estarse en el pecho de mamá en un sillón, o de mano de papá entre el lucerío y alboroto de una feria. Es  como recordar las raíces, como no haberse alejado nunca del lugar en que se nació. 

Traer en el pensamiento un poco de la tierra de donde uno es ha de ser lo mejor de todo, porque pueden tenerse dos edades al mismo tiempo. Esta noche también tengo cinco años y estoy, como entonces, en el portón de mi casa viendo las gotitas romperse en los charcos, sintiendo el frío de Comitán, oliendo a tierra mojada.

1 comentario:

  1. Efectivamente, el viaje a los lugares alguna vez rutinarios, que hoy podemos acceder (afortunadamente no será la única) por la magia irresistible del pensamiento y el sentir.

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