Una cosa es el recuerdo, el pensarte continuamente, dejando el cerebro forma de nuez a sus anchas. Otra muy distinta (mejor aún) es respirarte los cabellos haciéndome cosquillas. Uno cree que no puede haber cosa mejor. Pero la vida tiene sorpresas: ¿por qué no podían estar juntas, como dos libros de historia, una cosa de la otra?, ¿por qué no pensar en tí junto a tí?
De momento y con esta desesperación (necesidad de asirte en lo intangible y lo que se puede tocar), no se me ocurre de qué otro modo decirte (convencerte) de que también te quiero.
Esto es como tener al girasol, a la realidad de girasol, a Pessoa, el amor y su poema, juntos, pegados todos como estampitas en la misma página de mi álbum.
*Se publica y no se deja en el tintero únicamente para honrar mis sentimientos. Nada más.
*Se publica y no se deja en el tintero únicamente para honrar mis sentimientos. Nada más.

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