Cuaderno de sentimientos diabólicos
varios, propios y ajenos,
en este constante pedalear por la vida...



31 jul 2013

Necesidad de Dios

Siempre pensé que había perdido la fe... la que de niño me movía a cerrar los ojos en la cama y encomendar el alma y el cuerpo a cualquier cosa que éso fuera: fuerza invisible, voluntad inalcanzable y suprema... la deidad, lo más grande. La había dejado en el camino.

Hoy (y quizás gracias a "Él", a la suerte, a las circunstancias, a la ramera fortuna) ellos dos están vivos y casi sanos... pueden contar la historia, como nos gusta decir. Pero el susto. Ante tal susto, hoy sentí necesidad de Él, de Dios... y le acepté... y le agradecí... sin pensarlo un instante. Me vi a mí mismo como cuando tuve fe.

El egocéntrico piensa que quizás sólo soy un poco más fuerte que los demás, fortaleza que yace en otra filosofía. Dentro de ese pensamiento, el prudente, que sólo un poco. A su vez, el del centro dice que talvez los "sustos" me repiten los arcaísmos de mi fe, que quizás la fe no fue completamente perdida... un antepasado de mi alma, antepasado aún visible en los huesos fosilizados. Al final, el observador todo lo piensa y lo reúne. El que recibe todo al final, abstrae y construye... arma y pega para la posteridad. Todos somos uno mismo. Siempre lo hemos sido. Lo seguimos siendo...

(aunque a varios kilómetros) junto a ellos dos... los del inicio.


Gracias a Dios.

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