Cuaderno de sentimientos diabólicos
varios, propios y ajenos,
en este constante pedalear por la vida...



27 ago 2013

Delicado

He vuelto a soñar un transplante de corazón. Lo presencié ahora en otra persona. Un hombre en un quirófano, con los ojos (ventanas a las entrañas) abiertos y misericordiosos. Luego, la desconexión de su corazón, esa carne frágil y delicada que lo mantenía con vida... y la muerte temporal sucediéndole al caer de sus párpados.

Y la carne nueva, un latir distinto, volvía a abrírselos. Minúsculas gotas de sangre le brotaban por el cristalino y se dilataban de nuevo cada una de sus pupilas. Me sorprendía sobremanera su renacer.

Y él, quizás ya consciente de nuevo, nunca volteaba los ojos hacia mí, como al principio. No advertía mi presencia.

Desperté pensando en la fragilidad de la vida humana. En la fragilidad de mi vida.

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