Cuaderno de sentimientos diabólicos
varios, propios y ajenos,
en este constante pedalear por la vida...



23 mar 2011

A Doña Alma

¡Cómo la extraño, señora! Ya le quiero ver, quiero enviarle los besos intermitentes que siempre sentí necesidad de darle a sus mejillas, de los que se me llenó ya este más de un año que no me veo en la claridad de sus ojos (la hermosa claridad de sus ojos).

¡Cómo te extraño, madre! No sólo el invierno es buen tiempo para volver a tu casa. Ahora mismo inicio la cuenta regresiva, vamos (alegremente y con tu añoranza) deshojando el calendario.

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