Un amor sedimentado y apelmazado para ti, en el fondo del corazón. Un amor irreal, pues, una Sinfonía Fantástica (como la de Berlioz) por bella e intangible. Fantásticos nuestros "te quiero", luz imaginaria la claridad de tus ojos, lo que me niego a abandonar. Si tan sólo dejaras de tener miedo, amor mío...
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