
Acostumbrado a firmar con un sólo nombre, habituado a repetir incansablemente un único y raro apellido, han transcurrido los últimos días. Me ha fastidiado siempre el desconocimiento de la gente del uso de la diéresis y el sonido suave de la "g" en 'Águeda', como para decir que 'Altúzar' es la herencia de mamá. Sin embargo, mi padre, mientras le tenía frente a mí, contemplaba el libro de mi tesis, preguntó ¿por qué sólo un apellido? Lo pensé un poco y respondí sólo encogiéndome de hombros.
Tiempo después, sin atreverme a dilucidar el 'Alejandro', para que el que sólo puse la inicial (sólo en casa me llamaban así), escribí mi nombre y dos apellidos. Comprendí entonces las razones del Diablo Mayor: las letras en el papel no eran lo importante, era tan sólo que hasta en mi nombre Él pensaba en mi madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escriba aquí sus opiniones.