Cuaderno de sentimientos diabólicos
varios, propios y ajenos,
en este constante pedalear por la vida...



6 jul 2010

Instrucciones para volar


Esta noche vamos a despegar. Prepare sus alas, olvide el motor. Cierre los ojos, párese de puntitas en la orilla de su azotea, su nariz hacia el tinaco... abandónese hacia atrás y sienta el aire de la calle a sus espaldas. ¿Listo?... ¡A volar!
Las luces de las casas dormidas, la lluvia reciente sobre toda la oscuridad.
Nada será más suyo que el suicidio, puede pensar... y es cierto, pero la muerte no existe aquí después de despegar (la muerte, como el propio nacimiento, no han de grabarse en piedra sobre su memoria).
Mientras esté por los aires (aires: éter, fluidos intangibles, humos invisibles, etcétera) obsérvese, siéntase, imagínese... Adviértase, por favor: estará, entonces, contemplando su alma.
¿Que ha de llegar al suelo?, ¡sí!, por supuesto. Pero ni se preocupe: en este sueño (en el que usted inicia desde la azotea), cuando su cuerpo toque el pavimento... ¡voilá!... ha de despertar.

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