Es muy pronto para sacar conclusiones, pero no sé por qué estoy nuevamente en estado aromado por ese cristal café claro y translúcido de tus ojos, por esos labios carmín… por ese cutis de lirio. Estado éste en el que me da por escribir y escribir… y pensarte y volverte a pensar, a recordar, a juguetear con mi mente mientras la parte imaginaria de mis párpados recorre cada centímetro de tu figura imaginaria, de lo único tuyo que me ha quedado después de tu presencia, tus mensajes y la sonoridad de tus palabras. Estado éste en el que me recrimino cada vez que desperdicié luz de sol, que dejé de posar mi atención en ti. Estado éste en el que repaso nuestras pláticas sobre la dulzura de la cotidianeidad de la que me embriago. Es muy pronto para decir que hay amor de este lado de tu corazón… es muy pronto decir que esta noche estoy enamorado.
Después de conocer tu nombre, dejé resbalar mi corazón en toda tu miel… entre todas tus rosas. Y me da por creer que me llegaron de tajo los 25 años antes de cumplirlos, porque no siento sino la zozobra de que no sea mío el brazo del que caminas. No me basta con verte, con deslizar en esos cabellos, uno tras otro, los dedos de la mano izquierda y deseo saberte... saberte.
Tu nombre, un nombre fuerte, harmonioso, con una letra muda al final, prolongando el sonido de todas tus letras y que de ti no quiere decirme nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escriba aquí sus opiniones.