Un problema no cede y yo me levanto hacia la ventana. El vacío transparente y un edificio. En la planta baja del edificio una tienda. En la tienda un anuncio, un corazón de plástico. En el plástico rojo del corazón el pico de un colibrí. Y el colibrí afligido... y el corazón inerte, me hacen pensar, afligido, en ti: no tienes el corazón de plástico, ¿por qué la ausencia de una palabra tuya, mujer?
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