Tu ausencia me ha dejado frente a mí: virtudes... deseos... inquietudes... trampas para sí... desesperaciones. Hay que tomar el toro por los cuernos, establecer una moral y mirar el lado bueno de todas las cosas: la ausencia de tu brazo me ha dejado frente a mí mismo, en una lucha cruel, en la que un 'yo' contra otro 'yo' se despedazan y se reconstruyen, se destruyen y se regeneran... Me has dejado en una lucha en la que, inevitablemente (al conocer otra parte de mí mismo, terrenos inexplorados, oscuridad sin luz) ganaré yo.
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