Cuaderno de sentimientos diabólicos
varios, propios y ajenos,
en este constante pedalear por la vida...



9 jul 2012

Segundas primeras veces


Anotaciones al aire; decir sin pensar. Verano de 2012.


Primer día de la trompeta, emociones y alegrías nuevas, ilusiones de antaño. Mi padre: el músico.

Camino por las mismas calles, recuerdos en todos lados, anhelos para lo que viene. Los planes de la marimba y el grupo, el arreglo del terreno y la casa de mi papá. Tengo anhelos de ambos: el académico de mi madre, el hogareño y sencillo de mi padre. Caigo en la cuenta de que Chiapas es un lugar muy pobre y el énfasis en las cosas baratas, la comida barata, el poco gasto, las maromas de la gente para no gastar, la sencillez, el cariño y calor de la gente, consideración. Los mecánicos. Me ha estado dejando mucho para mi persona platicar con la gente. La plática: son 9 años lejos de Comitán. Cambié: me hice más duro, más malicioso, más político. Aquí la gente es más sincera, muy considerada: la sordina que me prestaría el señor de la trompeta. El peluquero de toda la vida. Las pláticas del señor Daniel, un hombre viejo enseñando a un joven, el respeto que me hizo profesarle y los oídos bien abiertos para escucharle, mi terquedad con el aceite en los pistones, hablar de la escala y cómo llegué a los tonos más altos; mi excepticismo de San Pedro: comprobarlo por mí mismo).

Escribir sobre la actitud aparentemente indiferente y egoísta de mi madre, ejemplo de que no quiero poseer a las personas. La cercanía con mi hermano y mi hermana: ninguna discusión hasta hoy, mejor convivencia con ellos. Comprensión de que debo ser y dejar ser; realidad antes que deseos.

Responder a la inquietud de Ella: estoy haciendo una vida aquí. Las razones que tengo para hacerlo durante el tiempo que esté aquí, lo que pienso al respecto.

Noche: pienso en el “eso no te incumbe”. Respuesta al decirlo: “ya sabes que yo así soy”. Observar, contemplar, actuar. Razonar sobre lo que sucede, sacar conclusiones, tomar decisiones respecto de las consecuencias de ello. No puedo pedir que alguien cambie: alguien “es” y uno decide si aceptar o no lo que ofrece, lo que se tiene. Punto.

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